Hola!
Soy Catalina Flaño, tengo 40 años, artista visual de profesión (pintora y dibujante), deportista, esposa y madre de tres hombres. Vivo en Punta Arenas (Patagonia Chilena), soy amante de la cocina y creadora del Instagram “Mi día Cetogénico”.
ARTE
De profesión soy artista visual. Estudié Licenciatura en Arte y me dedico a la pintura y dibujo, realizando obras como trabajo personal y encargos. Doy clases de pintura y una vez al año preparo un grupo de obras para participar en alguna exposición o Feria de Arte.
La veta artística está muy presente en Mi día Cetogénico y la estética es un elemento fundamental que se refleja en la puesta en escena de cada plato, el trabajo de cada foto y en la creatividad a la hora de cocinar, tomando en cuenta que combinar ingredientes es más que la mezcla de alimentos, es también una mixtura de color, textura y sabor.
Los talleres de cocina presenciales y online son una extensión de las clases de pintura, convirtiéndose el lugar donde comparto la forma de hacer las cosas y entrego mis conocimientos.
DEPORTE
El deporte me ha acompañado siempre.
Mis inicios, fueron en el Hockey césped, durante toda la época escolar y universitaria.
Al terminar mis estudios me dediqué al triatlón llegando a correr en dos oportunidades el 70.3 de Pucón, con un 1er lugar en el Age Group, y un 5to lugar en Elite Mujeres.
Al llegar a vivir a Punta Arenas mi tiempo se dividió entre correr y el Mountain Bike. Corrí los 42k de MDS (maratón de Santiago), y en Mountain Bike, donde las carreras por etapas son mis favoritas, competencias como el DUE (Desafío Última Esperanza), TAR (Terra Autralis Race) y TAC (Trans Andes Challenge).
Hoy el Mountainbike es un valor familiar, un medio para fomentar en nuestros hijos tanto la actividad física y destrezas, como la fortaleza mental, determinación, disciplina y compañerismo. Todas herramientas para la vida, por lo que salir al cerro cada fin de semana es sagrado.
COMIDA
Para mí, la comida siempre ha sido más que alimento. Nací con el “chip” comida tatuado en mis genes, con todo lo bueno y “malo” que ello conlleva.
Lo bueno es fácil nombrarlo y mostrarlo con orgullo. La comida es una proyección brillante y en colores de mi persona, es lugar y herramienta de creación y el producto de la creatividad y lo que me apasiona. De las formas con que demuestro el amor a las personas, haciéndoles un plato lindo e invitándolos a disfrutarlo conmigo.
Por otra parte, está el lado más sombrío, donde muchas veces la comida es canal de mi ansiedad. Desde que era niña, existen historias de “Cata versus food” todas contadas por mi familia con humor, pero en el fondo sin mucha gracia para mí. Por lo mismo hubo períodos de mi vida en que gané tallas y peso. Momentos en los que me sentí muy incómoda con mi cuerpo. Aunque no lo crean este lado “malo” lo quiero y agradezco, pues es la razón por la que llegué y me quedé en alimentación keto, la que se volvió mi herramienta para controlar mi ansiedad, y mi talla.